Un reciente estudio publicado en Nature revela una notable similitud entre la manera en que nuestro cerebro procesa el lenguaje y cómo lo hacen los modelos avanzados de inteligencia artificial (IA). Este hallazgo puede cambiar significativamente la manera en que la neurolingüística comprende y estudia el lenguaje humano.

La investigación analizó 100 horas de conversaciones reales utilizando electrocorticografía, una técnica precisa pero invasiva que registra la actividad cerebral en pacientes con epilepsia mientras mantenían charlas cotidianas. Los investigadores compararon estos registros con las representaciones generadas por Whisper (embeddings), un modelo neuronal desarrollado por OpenAI especializado en convertir audio a texto y captar significados complejos.

Los resultados mostraron altas correlaciones entre la actividad cerebral y las representaciones del modelo de IA, revelando que ambos sistemas comparten una organización jerárquica muy pareida. De forma específica y técnica, áreas cerebrales relacionadas con funciones sensoriales y motoras coincidieron claramente con estos embeddings del habla generados por Whisper, mientras que regiones más implicadas en el lenguaje complejo mostraron una fuerte relación con embeddings lingüísticos avanzados. Esto da a entender que tanto el cerebro humano como la IA utilizan una representación continua y multidimensional del lenguaje, alejándose del paradigma tradicional basado en categorías rígidas y separadas (como la fonética, sintaxis o semántica).

Tradicionalmente, los estudios sobre lenguaje dividían el procesamiento en componentes independientes, utilizando experimentos con frases aisladas y artificiales, por ejemplo se analizaban los sonidos del habla como unidades discretas (fonemas) sin considerar su integración con otros niveles del lenguaje y la fonética se estudiaba de forma separada de la sintaxis (lo mismo con la semántica o la pragmática). Este estudio, sin embargo, rompe con esa tradición al ofrecer una perspectiva unificada y más realista, mostrando que nuestro cerebro procesa el lenguaje como un sistema integrado, similar a cómo lo hacen los modelos actuales de IA.

Aunque el avance es increíble, es también cierto que el estudio tiene ciertas limitaciones, porque la muestra utilizada es muy pequeña (solo cuatro pacientes) y la técnica empleada solo permite observar actividad cerebral superficial. Además, debido a la complejidad de los modelos como Whisper, no es fácil identificar exactamente qué aspectos específicos del lenguaje son captados por estos modelos.

Pero, a pesar de estas limitaciones, las implicaciones son importantes. Podrían facilitar el desarrollo de interfaces cerebro-máquina para ayudar a personas con problemas del habla y proporcionar una mejor comprensión y tratamiento de trastornos lingüísticos como la afasia o la dislexia. Además, este estudio impulsa el desarrollo de nuevas generaciones de inteligencia artificial más cercanas al funcionamiento real del cerebro humano.

Así que, no cabe duda de que estamos delante de un avance significativo hacia una comprensión más realista y completa, o por lo menos nueva, del lenguaje humano, acercando dos campos hasta ahora distintos (neurociencia e inteligencia artificial) y abriendo posibilidades prometedoras tanto en medicina como en tecnología.

Un motivo más para no perder el tren de la IA estemos en el trabajo que estemos en educación. Pero lo también pone de manifiesto este avance es quela metodología MdE360 lleva 2 décadas insistiendo en pilares esenciales que quedan especialmente confirmados.

¿Qué tiene que ver esto con la metodológica de estudio MdE 360?

Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones directas en la manera en que enseñamos y aprendemos. La metodología de estudio MdE 360 ya propone muchas de estas estrategias, pero estos descubrimientos refuerzan aún más su aplicación y la necesidad de mejorar ciertos aspectos clave que voy a destacar:

  1. Captación de la idea general: La comprensión no puede basarse en fragmentos aislados, sino en una visión global del discurso. La técnica del «vistazo» y de la «telenovela» (reiteración progresiva de los contenidos en la enseñanza) aseguran que el estudiante mantenga siempre el contexto y comprenda los conceptos dentro de una estructura mayor.
  2. Subrayado personalizado y multimodal: Siempre insisto en que no debe ser dictado por el profesor, sino fruto del proceso de comprensión del alumno. Además, el uso de colores y tamaños distintos refuerza el procesamiento lingüístico y conceptual, integrando elementos emocionales y sensoriales que mejoran la asimilación porque relacionan la dimensión gráfico-visual, con la abstracto-lingüística.
  3. El impacto de la relación profesor-alumno: La afinidad con el docente no solo influye en la motivación, sino también en la capacidad de comprensión. «Todo aprendizaje es afectivo y en toda experiencia afectiva hay aprendizaje». Un profesor que logra conectar emocionalmente con sus alumnos no sólo logra un auténtico respeto, sino que facilita un aprendizaje más profundo y duradero que podrá ser semilla de otros aprendizajes.
  4. Esquemas como herramienta fundamental: No son opcionales, sino esenciales para estructurar los conceptos de forma clara y organizada. Como siempre digo son el punto de llega de la comprensión y el punto de partida para la memorización. Desde el subrayado, el contenido debe desarrollarse en esquemas que permitan visualizar la relación entre ideas de manera unificada.
  5. Reducción progresiva del contenido: Pasar de esquemas completos a fichas o mapas conceptuales favorece la centralización en las ideas principales. No se trata solo de recordar lo que entra en un examen, sino de activar redes conceptuales que permitan evocar el conocimiento de forma natural, organizada y transversal.
  6. Memorización y verbalización: El estudio confirma que procesamos nuestra propia voz con los mismos mecanismos que usamos para comprender a otros. Esto refuerza la importancia de la verbalización como técnica de fijación en la memoria. La autoescucha y la evaluación oral deben ganar peso en la enseñanza, ya que consolidan el aprendizaje y mejoran la comprensión.

Los hallazgos de este estudio refuerzan la necesidad de un enfoque de estudio más orgánico, una docencia más afectiva y menos parcelada, remarcando la importancia de la emoción en el saber y descartando aprendizajes memorísticos y por sectores. También justifican un estudio más relacional y basado en la integración de conceptos con vistas globales, algo que la metodología MdE 360 ya propone. Sin embargo, podemos afinar algunas técnicas clave, como mejorar la estructura de los esquemas, reforzar la anticipación en la memorización y aprovechar la autoescucha como herramienta de consolidación. Implementar estos ajustes hará que el aprendizaje sea más eficiente y natural, en sintonía con el modo en que realmente trabaja el cerebro.

Pero la clave sigue siendo que los profesores ajusten a estos avances sus clases y tengan tiempo y ganas de mejorarse cada día, venciendo la rutina y aceptación de la suficiencia metodológica mediante un más grande amor por el bien de los alumnos, que es lo que llamamos pasión vocacional. Si quieres una transformación de tu centro tan real como efectiva, hablamos cuando quieras. Una buena docencia y aprendizaje es el mejor marketing (y puede que el único que importa) para un centro educativo.